25 octubre 2013

JESÚS SANA



"Vino Jesús a casa de Pedro, y vio a la suegra de éste postrada en cama, con fiebre. Y tocó su mano, y la fiebre la dejó; y ella se levantó, y les servía”, Mateo 8:14-15

Cuando Jesús llega todo es transformado, también los hogares y familias. Había enfermedad en casa de Pedro. A veces en nuestra casa hay tristeza, depresión, crisis matrimonial, dificultades con los hijos, heridas del corazón, pero Cristo es poderoso para cambiar las cosas. El Señor Jesús tiene el poder para restaurar. La suegra de Pedro estaba postrada en cama con fiebre (enferma, limitada, impotente), y Jesús la tocó… y aquello que la oprimía, que la afligía se fue, y ella se levantó, “y les servía”. Tal vez has caído, o tropezado, o estas postrado, o desanimado, pero Dios puede levantarte, y renovarte para que lo sigas, y con un corazón agradecido le sirvas.

Esta porción nos enseña también que como Pedro con su suegra enferma en casa, podemos estar siguiendo a Jesús y sirviéndole, y experimentar dificultades y dolencias que superar en casa. Ante esto, debemos esforzarnos y perseverar, pues Jesús llegará en el momento oportuno, para establecer su voluntad y bendición en nuestro hogar.

Jesús es nuestro libertador y sanador, Mateo 8:16 “…y con la palabra echó fuera a los demonios, y sanó a todos los enfermos” Jesús es la respuesta y verdad para todos los hombres, el texto nos dice cómo venía la gente de la ciudad, de Capernaúm, a Jesús: afligidos espiritualmente, vacíos en su corazón (aunque eran muy religiosos), mal físicamente (enfermos, con dolencias) y emocionalmente con crisis, depresión, resentimientos, confundidos… pero encontraron en Jesús su respuesta.

Es interesante aquí mencionar que Capernaúm (ciudad donde Pedro vivía y ocurren éstos hechos) significa: “ciudad de consuelo”, y esto fue lo que encontraron sus habitantes en Jesús: consuelo, sanidad, liberación y salvación. Jesús es la verdad que salva y libera a los hombres de la condenación eterna, y después de acercarnos a él, es fundamental caminar en Su verdad, sin apartarnos de su Palabra.

Su obra estaba profetizada, así como su segunda venida, Mateo 8:17 “para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo: El mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.”. 

Acerca de Jesús estaba dicho que nacería de una mujer que no había conocido varón, en una aldea llamada Belén, que sobre él reposaría el Espíritu del Señor, que estaría predicando en Galilea de los Gentiles, que andaría sanando a los enfermos y liberando a los cautivos, que habría de morir en una cruz y al tercer día resucitaría, y fielmente se cumplió todo lo que estaba escrito de él. 

Por todo esto hermanos, podemos estar seguros y confiados, que Dios siempre cumplirá sus palabras, lo que nos ha prometido, pues él no miente, él es la Verdad, es fiel y verdadero, aunque los hombres e instituciones te fallen, él nunca te fallará, puedes confiar totalmente en él.

1 comentario:

  1. Cuando hemos puesto toda nuestra confianza en él, que hacemos su voluntad y en realidad experimentamos la vida que Jesús quiere ya debemos dar todo por hecho. Sin embargo a veces no miramos las cosas desde ese punto y seguimos aferrados a nuestros miedos, mirando lo malo por todas partes y seguimos siendo la persona débil. Jesús dijo que él había vencido el mundo, y si estamos aferrados al vencedor ¿A que tememos? ¿Por que los miedos. Amén

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