“Examínense para ver si están en la fe; pruébense a sí mismos. ¿No se dan cuenta de que Cristo Jesús está en ustedes? ¡A menos que fracasen en la prueba! ”
2 Corintios 13:5
A Pablo le preocupaba el progreso espiritual y la madurez de los creyentes corintios, no su propia vindicación. Aunque hubiera parecido que él y sus compañeros "habían" fallado la prueba, no le importaba con tal que sus hijos espirituales vivieran honradamente (versículo 7).
Pablo hizo esas advertencias antes de visitarlos para no tener que reprenderlos cuando llegara a Corinto. El examen de conciencia es necesario de vez en cuando para que los creyentes mantengan su sensibilidad espiritual. Sin él, los cristianos están en peligro de depender de su propia fuerza y no del poder de Dios. El creyente no debe en ningún momento suponer que no necesita más vigilancia en lo que se refiere a la santidad. Las normas que Pablo recalcó incluyen un llamado a la perfección. Dio a entender que nadie llega al estado de perfecta madurez espiritual en esta vida. La vida del cristiano siempre conlleva la posibilidad de mejorar.
Estamos acostumbrados a examinar a otros antes que examinarnos a nosotros mismos, en especial como estamos espiritualmente, el versículo nos hace un llamado a la conciencia y un llamado a revisar cómo está nuestro corazón en relación con nuestro Creador.
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