23 abril 2013

EL SERVIR PARA EL CRISTIANO



 Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y dar su vida en rescate por muchos MATEO 20:28

Para los cristianos, el servicio no es opcional, algo que debe incluirse en nuestros horarios si disponemos de tiempo. Es el corazón de la vida cristiana. Jesús vino a servir y a dar, y esos dos verbos también pueden definir tu vida en la tierra. Servir y dar, en resumen, son el cuarto propósito de Dios para tu vida.

El que sirve encuentra la felicidad exterior e interior.

Uno de los más importantes conceptos que se debe de tener es que a la hora de servir, no se debe esperar nada a cambio. Es tener esa satisfacción de hacer una obra sin barreras ni condiciones. Hacer que la excelencia de nuestros humildes corazones penetre en el prójimo con una felicidad mutua; ya sea porque servimos o porque nos sirven.

Hay que tener en cuenta que la mejor gratificación o recompensa más grande que recibimos debe ser   esa alegría que disfrutamos, resumida en la   palabra colaborar y ayudar; que representa un sinónimo de servir y componentes del mismo.

Sin importar la vocación de la profesión, el estatus, el rol   de cada quien.

Muchas veces pensamos que las profesiones, la clase socio-económica, o el papel que ejercemos en la misma sociedad, no se deben involucrar en la actitud de servicio; debido a que este tipo de acciones les corresponde a las profesiones como: un médico, un policía, un bombero, los que practican la religión y otras profesiones de tipo humano-social. Pues pensamos que generalmente su don, vocación y labor diaria es servir.

Cuando se sirve al hombre, se ama y se sirve a Dios.

Representa un doble significado y una   doble función; ya que cuando tú sirves   a tus   semejantes, sirves de igual manera a Dios. Y ese amor, ese sentimiento de cristiano   se ve reflejado en la colaboración que tú le prestas a las demás creaciones.

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