10 diciembre 2012

PERMANECED EN MI


"Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí.... Porque separados de Mí, nada podéis hacer."          Juan 15:4, 5

Como la flor se vuelve hacia el sol para que los rayos le ayuden a perfeccionar su belleza y simetría, así debemos volvernos hacia el Sol de justicia, a fin de que Su luz celestial brille sobre nosotros y nuestro carácter se transforme a la imagen de Cristo.

El Señor Jesús enseña la misma cosa cuando dice: "Permaneced en Mí, y Yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en Mí.... Porque separados de Mí, nada podéis hacer." Juan 15:4, 5. Como la rama depende del tronco principal para su crecimiento y para dar fruto, así también tú necesitas la ayuda de Cristo para poder vivir una vida santa. Fuera de Él no tienes vida. No hay poder en ti para resistir las tentaciones o para crecer en gracia o en santidad. Viviendo en Él, puedes florecer. Recibiendo tu vida de Él, no te marchitarás ni serás estéril. Serás como el árbol plantado junto a corrientes de aguas.

Muchos tienen la idea de que deben hacer alguna parte de la obra solos. Confiaron en Cristo para obtener el perdón de sus pecados, pero ahora desean vivir rectamente por sus propios medios. Pero todo este esfuerzo fracasará. El Señor Jesús dice: "Porque separados de Mí, nada podéis hacer." Nuestro aumento en gracia, nuestra felicidad, nuestra utilidad, todo depende de nuestra unión con Cristo. Estando en comunión con Él diariamente y permaneciendo en Él cada hora es como únicamente hemos de crecer en la gracia. Él no es solamente el autor de nuestra fe sino también su consumidor. Ocupa el primer lugar y el último. Estará con nosotros en cada paso del camino y no sólo al principio y al fin de nuestra carrera. David dice: "A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré zarandeado." Salmos 16:8.

Has hecho la pregunta: "¿Cómo permaneceremos en Cristo?" Pues del mismo modo en que le recibiste al principio. "Por tanto, de la manera que recibisteis al Señor Jesucristo, andad así en Él." Colosenses 2:6. "Más el justo vivirá por fe." Hebreos 10:38. Te entregaste a Dios para ser Suyo completamente, para obedecerle y servirle, y aceptaste a Cristo como tu Salvador. No podías por tí mismo expiar tus pecados o cambiar tu corazón; pero entregaste todo a Dios y creíste que por causa de Cristo el Señor hizo todo esto por tí. Por fe llegaste a ser de Cristo, y por fe tienes que crecer en Él, dando y recibiendo. Tienes que darle todo: el corazón, la vida, la voluntad, darte a Él para obedecerle en todo lo que Te pida; y debes recibirlo todo: a Cristo, la plenitud de toda bendición, para que viva en tu corazón, sea tu fuerza, tu eterno ayudante, tu justicia, y te dé poder para obedecer.

Que sea tu primera obra consagrarte a Dios todas las mañanas. Que sea tu oración: "Tómame ¡oh Señor! como enteramente Tuyo. Pongo todos mis planes a Tus pies. Haz uso de mi en Tu servicio. Vive en mí y que sea toda mi obra hecha en Tí." Este es un requerimiento diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Encomienda todos tus planes a Él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indique Su providencia. Así podrás poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo.

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