Entonces
andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezará. Prov. 3:23.
Desde el trágico 11 de septiembre
nadie más se siente seguro. El sistema de seguridad de los aeropuertos ha
aumentado escandalosamente. Hay largas y desagradables filas, las maletas son
abiertas y revisadas, y los pasajeros interrogados. Hoy se necesita mucha
paciencia y tiempo, desde el momento que tú llegas al aeropuerto hasta que el
avión levanta vuelo. Los Gobiernos de los Estados Unidos y de Inglaterra
solicitaron a los respectivos Congresos el aumento drástico del presupuesto
para seguridad. Otros gobiernos hicieron lo mismo y todos viven dominados por
un temor Escondido que incomoda y enerva.
“Andar confiadamente” es vital,
porque de nada vale salir de casa si tu no tienes la certeza de q vas a
regresar. Por eso, existen leyes y señales de transito comunicando a los
conductores las informaciones necesarias para llegar con seguridad a su
destino. Por eso, las empresas gastan fortunas para proteger a los ejecutivos.
Todo para cuidar de esa vida pasajera fugaz
Salomón habla en el proverbio de
hoy de seguridad en tu camino. Solo q el camino al q se refiere, es el trayecto
de la vida. El destino final es la salvación o la perdición, la vida o la
muerte eternal. El sabio menciona una seguridad q no cuesta nada. Es ofrecida
gratuitamente a todas las personas sinceras y humildes que están dispuestas a
oír y seguir los consejos divinos.
El camino de esta vida esta lleno
de trampas. Existen señales mentirosas que tratan de sacarte del camino
verdadero. Curvas pronunciadas, defectos en el pavimento y peligros mil, por
todos lados. El propósito de las enseñanzas divinas es abrir tus ojos para que
tu no tropieces, darte la suficiente visión para que no te acerques
temerariamente al abismo, advertirte cuando estas sobrepasando la velocidad
prudente.
Salomón conocía por experiencia
propia el dolor y la tristeza q trae el pecado. El se desvió del camino
correcto en un momento de su vida. Tuvo noches de desesperación y angustia,
sintió el peso de la culpa golpeando despiadadamente en su Corazón; pero,
finalmente, encontró el perdón y la restauración en Jesús.
Por eso hoy, vuelva tus ojos y
considera los consejos divinos, y antes de salir para tus actividades, recuerda
que “entonces andarás por tu camino confiadamente, y tu pie no tropezara”.
por Alejandro Bullón
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